Esta página es muy interesante porque aporta mucha información sobre cosas de Bilbao que pueden gustarte. Está publicada por Blanca Oraa Moyua, a la que le agradecemos la labor de recopilación e investigación sobre todos estos temas.
Adolfo Guiard y Larrauri nació en Bilbao, el 10 de abril de 1860.
De padre francés, posteriormente nacionalizado español, y madre vasca tuvo otros catorce hermanos.
De padre francés, posteriormente nacionalizado español, y madre vasca tuvo otros catorce hermanos.
Su primer maestro de pintura fue el bilbaíno Antonio Lecuona, a cuyo taller asiste hasta 1867 que viaja a Barcelona para continuar su formación junto al pintor Martí Alsina, donde pinta escenas de género orientalistas y polichinelas influenciado por la pintura de Mariano Fortuny
A partir de 1878 marchó a París, donde ingresó en la Academia Colarossi, hecho decisivo en su carrera; fue el primer artista español que terminó sus estudios de arte en París, en lugar de hacerlo en Roma como era una constante hasta entonces.
Era un momento álgido para el arte en Europa y para la pintura en particular, comenzaba a fraguarse la vanguardia que cuestionaba las técnicas tradicionales y practicadas de forma academicista hasta entonces. Se estaban planteando polémicas y dando solución a ellas cuando Guiard llegó a la capital francesa.
Al poco de llegar conoce a Edgard Degas que influiría profundamente en él durante toda su carrera. De él aprendió a salir a pintar fuera del estudio las flores de los árboles y las tonalidades de la hierba tal y como las veía.
Era el momento en él que los artistas se ocupan de la interacción de los colores en los objetos y las figuras expuestos a la luz natural. En esta primera época, conoce así mismo a Emile Zola, y a Daudet.
En 1888 gracias a una beca del Ayuntamiento de Bilbao, viajó a Roma, para posteriormente instalarse en Bilbao. En 1902, siendo ya un reconocido artista, le es encargado un boceto para la Casa de Juntas de Guernica.
De carácter bohemio, fue uno de los pioneros en la modernización en la pintura vasca, sin embargo lo tuvo muy difícil, debió enfrentarse a la hostilidad cerrada de los críticos y de los coleccionistas vascos, esto hizo que desarrollara su carrera con una fuerte sensación de aislamiento.