Hasta el despegue industrial del último cuarto del siglo XIX, Bilbao es una ciudad portuaria y mercantil, con problemas de espacio y de navegabilidad en la ría. Los astilleros, buena parte de la industria naval auxiliar y ciertas infraestructuras marítimas se localizan en las riberas de Abando y de Deusto ante la falta de emplazamientos óptimos en la villa. Desde antiguo Olabeaga asume funciones portuarias, además de fondeadero de embarcaciones de gran porte que no pueden arribar al centro bilbaíno, se dota de gabarras y pinazas de transporte, de talleres y almacenes navales, de comercios para dar servicio a las tripulaciones, así como de un colectivo de hombres de mar y trabajadores especializados.
A partir del segundo tercio del siglo XIX surgen nuevas iniciativas que retoman la tradición del lugar. En 1868 se constituye la sociedad Empresa de Diques Secos, que reaprovecha el viejo dique de Domingo Zubiría (1791). Ésta cobra derechos de entrada y estadía a los buques, pero los armadores pueden realizar trabajos por su cuenta o recurrir a los talleres que se van instalando en las inmediaciones.
En torno a 1876 se inaugura una nueva etapa y con ésta, la modernización de la ciudad y puerto de Bilbao. El plan de Ensanche aprobado distingue claramentes dos Bilbaos, el residencial y el portuario. El puerto moderno se emplaza, retomando la tradición de esos suelos, desde Ripa hasta Olabeaga y cuenta con el ferrocarril del Norte y el de Bilbao a Portugalete. Por su parte, la Junta de Obras del Puerto de Bilbao comienza en 1878 su plan de mejora de la ría y puerto interior. En tan sólo una década se realizaron obras tales como la rectificación de la curva de Elorrieta, el encauzamiento desde San Mamés al muelle de Olabeaga, la habilitación de los muelles de Ripa y Uribitarte y la eliminación de los depósitos acumulados en el fondo del cauce.
En 1900 Ramón de la Sota y Eduardo Aznar inauguraban la factoría naval Euskalduna. Iniciaba su actividad en las instalaciones procedentes de la compra de Diques Secos y del taller de Vda. de Cortina y Vidaurrázaga, arrendataria de la anterior. A éstas fue incorporando las restantes que mantenían un régimen similar en terrenos de Diques Secos, Vda. e Hijos de Peres, Vda. e Hijos de Garayo y los talleres de la Troca. Emprendió la construcción de un muelle, el ensanche de los dos diques antiguos, la construcción nueva de un tercero (1906) y la reforma de sus talleres. En torno a 1920 empleaba a una plantilla de 3.700 trabajadores y alcanzaba una superficie de 9 has. Ante la captura de suelo para la factoría naval, las posibilidades de expansión de Olabeaga se vieron reducidas.
La década de los años sesenta fue una etapa de gran expansión de la construcción naval en España y a nivel internacional. A Euskalduna le afectaron los problemas de espacio, tampoco su localización era favorable, aguas arriba de la ría, donde ésta comenzaba a estrecharse y disminuir sus calados. Por ello, el astillero se especializó en embarcaciones de tamaño medio, abandonando la fabricación de petroleros. Tres de las grandes compañías españolas iniciaron un proceso de concentración, que concluyó en 1969 con la creación de Astilleros Españoles S.A., que integraron Astillero de Cádiz, La Naval de Sestao y Euskalduna. Durante esta fase expansiva, AESA llegó a ser la primera empresa de construcción naval europea y una de las ocho mayores del mundo.
Olabeaga asumió las funciones industriales que se fueron imponiendo, ferrocarril, cargaderos, diques, talleres, grúas ocuparon ambas márgenes de la ría en pleno corazón de la ciudad. Continuó sin espacio para crecer y con problemas de comunicaciones y transporte.
La ría de Bilbao ha sido el máximo exponente de la industrialización vasca a lo largo de todo un siglo (1876-1975), también de la crisis industrial y urbana, de tan graves consecuencias. Las estrategias de reestructuración económica y regeneración urbana se centraron en este eje en los años noventa del pasado siglo. Se han expulsado los usos industriales y portuarios en el frente de ría de Abandoibarra y Olabeaga, que han reorientado sus funciones, ahora fundamentalmente residenciales y terciarias. Tras el cese de actividad del astillero Euskalduna y la demolición de ruinas industriales, han ocupado esos suelos el Palacio Euskaldunay el Museo Marítimo Ría de Bilbao, que ha conservado la grúa Carola, los diques y la casa de bombas de la antigua factoría naval. Y un nuevo puente, el de Euskalduna, comunica ambas márgenes en este sector.
Susana Serrano Abad