LA CASA BOLÍVAR EN OLABEAGA
LA CASA BOLÍVAR EN OLABEAGA
Elías Mas Serra. Periódico Bilbao, 2013ko urtarrila
PASEAR por Bilbao, lo sabe bien el lector, es algo agradable que además suele resultar enriquecedor. En nuestro deambular cabe que surjan, donde menos se espera, sorpresas interesantes. Éste es el caso del edificio del que nos ocuparemos desde estas páginas. La zona del paseo: Olabeaga. La sorpresa: un pequeño edificio modernista de una calidad más que notable ubicado entre edificios industriales y en una zona de escasa, por no decir casi nula, urbanización. Allí, en la proximidad del muelle, antiguamente de Alfonso Churruca, hoy de Olabeaga, se levanta lo que fueron vivienda y dependencias mercantiles de su primitivo promotor Eduvigio Bolívar.
Estamos hablando de algo que ocurría en un lejano 20 de mayo de 1903. En aquellos momentos, por ejemplo, Ricardo Bastida acababa de concluir sus estudios (1902) y estaba iniciando, para la Villa, sus propuestas arquitectónicas traídas bajo el brazo desde Barcelona, donde desarrolló su formación al influjo de los maestros del modernismo catalán.
El modernismo fue un movimiento heterodoxo y multifocal. Su comprensión comporta para el interesado un cierto grado de complejidad que difumina los límites y los mensajes claros del denominado último gran estilo. Por lo mismo, los actores de esta manifestación cultural se visualizan, ocasionalmente, de manera dispersa, no sólo en la imagen de sus propuestas, sino, también, en su ubicación temporal y en los antecedentes que guiaron, en cada momento, su trabajo.
Hay que hacer notar, por ejemplo, que hubo, en Bilbao, una serie de arquitectos, excelentes arquitectos, que militaron en las diferentes versiones del modernismo europeo a partir de los comienzos del siglo XX. Recordemos algunas obras de Achúcarro, los proyectos de Darroquy y los extraordinarios trabajos de Enrique Epalza. Pues bien, a todos ellos hay que añadir, aunque sea sólo por este trabajo, el nombre de Luis Basterra Casas autor de la obra a la que nos referimos. Luis Basterra y Casas No fue, lógicamente, éste, el único trabajo de Luis Basterra.
A título de referencia y siguiendo nuestra vocación de paseantes, nos podemos asomar al edificio de viviendas que realizó en 1919, en colaboración con Manuel Galíndez, ubicado en la esquina que forman la calle Bertendona y la alameda Urquijo, frente al Instituto. Otra obra de interés del arquitecto es la que existe en la esquina entre la calle Autonomía y la calle Zugastinovia. Construida en 1903 es próxima, en el tiempo, a la que es objeto de nuestro comentario y, aunque menos significada, la relación con una cierta posición modernista se hace presente, en la misma, a través de diferentes detalles constructivos.
Digamos, acto seguido, que Luis Basterra se tituló por la Escuela de Arquitectura de Madrid el 16 de noviembre de 1891. Ello explica el carácter de la posición modernista del autor. A diferencia de otros arquitectos titulados en la Escuela de Barcelona, y en los que pesa de manera evidente la influencia de la arquitectura modernista de aquella ciudad, Basterra, al igual que otros titulados en la Escuela de Madrid, se vinculará, de manera más evidente, a los flujos centroeuropeos que incidirán de manera clara en sus elementos de expresión formal.
Para completar, en parte, las referencias personales del arquitecto señalaremos que, en su tiempo de desarrollo de la profesión, ostentó algunos cargos de relativa importancia en la “Asociación de Arquitectos de Vizcaya” y en lo que, más adelante, sería el Colegio de Arquitectos Vasco Navarro. Tenemos, por ejemplo, que fue vicesecretario de la referida Asociación de Arquitectos en los años 1908 y 1909. Coincidió en la Junta de la misma con Emiliano Pagazaurtundua, Cecilio Goitia, Federico Ugalde y Enrique Epalza, un interesante grupo de los mejores profesionales locales, casi todos ellos con aportaciones interesantes al movimiento modernista en Bizkaia.
En 1931 fue miembro suplente del tribunal profesional de la agrupación Vasco Navarra. Finalmente, para completar los pocos datos que del arquitecto tenemos, añadiremos que Luis Basterra y Casas fue representante de la compañía de seguros «Sun» y que su estudio de arquitectura asomaba a un espacio urbano tan representativo como el del Arenal. Será, anotamos, en 1932 cuando desaparece toda referencia a Luis Basterra en las diferentes publicaciones de la Asociación de Arquitectos vizcaína.
Volviendo a lo que nos concierne, remarcaremos que Luis Basterra recibió, de Eduvigio Bolívar, el encargo de realizarle el proyecto y la dirección de la obra de su vivienda y dependencias comerciales en la zona de Olabeaga. Una zona alejada, en realidad, del Bilbao de aquellos tiempos, con escasa urbanización y destinada a usos fundamentalmente industriales y portuarios. Ciertamente, en el Plano de Jurisdicción del Proyecto de Ampliación del Ensanche, elaborado por Enrique Epalza en 1900, se contempla una relativa ordenación del área como nexo de unión del Ensanche con Zorrotza, pero lo real es que el ámbito, incluso hoy en día, carece de una definición y un proyecto de urbanización adecuado.
A pesar de todo ello, Luis Basterra abordará el proyecto de la residencia Bolívar con una calidad formal propia de cualquier área representativa de la Villa y con una evidente resolución que encaja, de manera clara, con las mejores tendencias del modernismo europeo. Pero veamos los aspectos más comunes de la edificación. Señalaremos previamente que el edificio ha sufrido algunas alteraciones tanto en volumen como en aspectos formales. Igualmente hay que reseñar el importante deterioro de algunos detalles y materiales del conjunto.
En origen la casa contemplaba un levante de tres plantas: la planta baja y dos plantas piso que se remataban, la última de ellas, con una cubierta plana o terraza visitable. El edificio se apoya contra la ladera posterior paralela a los muelles de Olabeaga, de tal manera que la única planta totalmente exenta era la última, concretamente la destinada a vivienda del propietario. Esta disposición se conserva en la actualidad con la adición de una planta más en altura y con una alteración sustancial en diferentes elementos compositivos.
En concreto y de manera especial, con la alteración de los ventanales de la planta principal primitiva y de la imagen y partes constructivas de la antigua terraza. Mantienen, en cambio, su disposición primitiva la planta baja y la planta primera del edificio, obradas, en sus paramentos, con mampostería irregular en la que se siguen manifestando los detalles modernistas originales de manera bastante íntegra si prescindimos de algunas transformaciones de la carpintería.
La materialización de los conceptos modernistas, presentes en las fachadas del edificio, se pone de manifiesto en el alzado original que se acompaña. Responden, de manera evidente, a imágenes con una clara relación con determinados modelos y obras del «Art Nouveau» francés y, especialmente, belga. La «Maison et Atelier Ciamberlani» de Paul Hankar, algunos detalles de Paul Cauchie o incluso esquemas y conceptos de Horta, todo ello en Bruselas, junto con algunas referencias a la obra de Guimard en París, tienen su posible lectura en esta pequeña joya del modernismo bilbaíno.
Pequeña joya a la que recomendamos se preste una mayor atención, tanto en su valor arquitectónico como, y especialmente, en sus necesidades de restauración. Entretanto, lector, te espera escondida en la escasa trama urbana alargada que define al barrio de Olabeaga, frente a la Ría y a las futuras posibles imágenes neo-modernistas de lo que pueda ser la urbanización y construcción de la originaria Ribera de Deusto, ahora de Zorrotzaurre.
Elías Mas, nos da toda la información en un artículo publicado en 2013 en el periódico municipal Bilbao