NUESTRO CARGADERO
NUESTRO CARGADERO
Para vecinas y vecinos de Olabeaga, estos restos del cargadero no eran solamente una presencia evidente de nuestro pasado industrial, portuario, y comercial, sino que eran un referente con las mareas, con el ir y venir de las gaviotas, con los atardeceres que el sol nos regalaba recostándose a veces sobre la ría, con las brumas y nieblas matinales, etc. Nos hemos encontrado en absoluta indefensión ante esta iniciativa privada destructiva y prepotente. «¡Señora, vamos a dar vida al barrio!» me escupieron cuando les pregunté por qué nos rompían aquel trocito de historia. Como si la apacible vida que llevamos en Olabeaga, con carácter propio, lejos de los cajeros de banco (no tenemos ni uno) y de las especulaciones inmobiliarias, fueran muerte para ellos.