LA FÁBRICA DE SANTA ÁGUEDA-ECHEVARRIA SA Y EL ÚLTIMO PUENTE COLGANTE (1956)
LA FÁBRICA DE SANTA ÁGUEDA-ECHEVARRIA SA Y EL ÚLTIMO PUENTE COLGANTE (1956)
Javier Barrio Marro
La fábrica de Santa Águeda1, que durante años perteneció a Echevarria SA y hoy a Profusa, remonta su historia al menos hasta el año 1862. Nació como una pequeña factoría que creció y se desarrolló rápidamente, dando inicio a un proceso que se prolongó hasta su cierre en 2013 y que le llevó a ocupar la totalidad de las dos orillas del río Cadagua, en el entorno de los barrios de Zubileta (Barakaldo) y Kastrexana (Bilbao).
La fábrica representa un fantástico compendio de la evolución industrial de Bizkaia y por ello merecería un estudio detallado de su historia. Además, es una relevante instalación patrimonial tanto si la vemos de manera global, atendiendo a la suma de todas sus instalaciones, como si la diseccionamos en diferentes elementos2.
Siguiendo esta segunda idea, merecen destacarse, entre otros muchos elementos, sus hornos altos, los enormes pabellones, el área de laminación, el gasómetro o los almacenes de coque, a los que habría que sumar los puentes, la capilla, las oficinas, los comedores, las estaciones, las pasarelas, el frontón, las viviendas de obreros, etc., muchos de ellos en pie aun hoy en día.
De entre ellos queremos poner en valor un elemento singular, sin duda no el más importante ni tampoco el más relevante pero sí único en su categoría y, probablemente, el último que sobrevive en Bizkaia: el Puente Colgante de Santa Águeda.
Construido probablemente en 19563, es quizás el último de su género, continuador de los famosos y desaparecidos puentes colgantes de Burceña (Barakaldo) y Bilbao4 y nos sirve tanto para destacarlo como pieza patrimonial como para integrarlo dentro de la evolución de la fábrica en los años 50 y 60.
EL DESARROLLO INDUSTRIAL DE LA CUENCA DEL CADAGUA
Entre finales del siglo XIX y principios del XX la cuenca del río Cadagua dio comienzo a un proceso de industrialización que ofrece como resultado la erección de diversas fábricas, algunas de las cuales consiguieron llegar en funcionamiento hasta el último tercio del siglo XX, y otras hasta la primera década del siglo XXI. Se trata, además, de un proceso constante en el tiempo pues a las instalaciones levantadas entre finales del XIX y principios del XX5 se le unirán otras construidas en los años 50 y 60 del siglo XX.
En Balmaseda destacan la fábrica textil Boinas La Encartada (1891-1992), la siderúrgica Fabio Murga (1934 -hoy Winoa-) y los Talleres del ferrocarril de La Robla (1894); en Zalla las fábricas de PEALSA –Plomos y Estaños Laminados SA– (1874-2009), la de papel de fumar Serrano y familiares (1871-1930 aprox.) o la Papelera Española SA (1901) -pervive una parte bajo el nombre de CEL-;6 en Gueñes la fábrica textil La Conchita (1903-1972) o la química Atochem (1961-2014)7, y en Alonsotegi la fábrica de Hermanos Rica (1890-1984) donde se elaboraban sacos a granel8.
Este conjunto industrial se completaba con otras instalaciones menores pero relevantes desde el punto de vista económico. En Balmaseda, junto a los abundantísimos talleres de muebles, se crearon pequeñas fábricas como Manufacturas Rodet, El Cocherón o la Electra de Heros, entre otros; en Zalla las Electras de La Mella y Bolunburu, en Gordexola Garsa, en Alonsotegi Alambres del Cadagua9, etc…10
EL DESARROLLO INDUSTRIAL DEL ENTORNO DE ZUBILETA-KASTREXANA
El mismo proceso que se estaba dando en los tramos alto y medio del río se repitió en las proximidades de su desembocadura, en ambas orillas, entre los barrios de Zubileta y Kastrexana. Allí, Máximo Unzaga11 levantó hacia 1795 una fandería siguiendo el ejemplo previo de su padre Juan Antonio, quien construyó la primera que existió en Barakaldo, y segunda de todo el estado, sobre las antiguas instalaciones de la ferrería de Aranguren en 177612.
La fandería de Máximo Unzaga no debió funcionar durante demasiado tiempo, cerrando finalmente y quedando sus restos abandonados. Será allí, en 1862, donde Facundo Chalbaud13 fundará la fábrica de alambres Puerto Rico o Santa Águeda, de la que ya habló Trueba en 1880 a causa de los desperfectos que sufrió el puente del Diablo, su vía de acceso, durante la última guerra carlista: en la orilla izquierda del río existe una gran fábrica de hierro que no porque hoy esté accidentalmente cerrada deja de ser uno de los establecimientos del Señorío. Sería una gran desgracia para aquel establecimiento la ruina del puente, que es la principal y casi la única comunicación de la fábrica.14
Posteriormente, sobre esta primera instalación, se creó en 1890 la Sociedad de Santa Águeda con el fin de trefilar y galvanizar alambres, puntas y tachuelas de hierro gris15. A partir de 1903 esta sociedad operará con el nombre de Federico Echevarria e hijos, que se deshizo en 1920 para convertirse en Sociedad Anónima Echevarria16. Finalmente, en 1984, pasó a denominarse Profusa -Productos de fundición SA-, nombre que se mantuvo en activo hasta enero de 201317.
APUNTES SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LA FÁBRICA DE SANTA ÁGUEDA-ECHEVARRIA SA HASTA FINALES DE LOS 50
La primitiva fábrica de alambres Puerto Rico o Santa Águeda se situaba en la orilla izquierda del río Cadagua, en el barrio de Zubileta -denominado de manera genérica Kastrexana en muchos documentos-, adquiriendo su nombre del caserío Puerto Rico que Facundo Chalbaud adquirió hacia 1862 a Juan de Basterra junto con los terrenos que le pertenecían para instalar allí la fábrica. Ese mismo año cedió el caserío y pertenecidos a la sociedad comanditaria Facundo Chalbaud y compañía que en 1863 ya se había transformado en la sociedad colectiva Santa Águeda18.
En un plano de 1903 -cuando la fábrica ya era oficialmente Federico Echevarria e hijos– se observa, junto al extremo oeste de la fábrica, un terreno en el que se lee labradío de la casa de Puerto Rico, integrado dentro de una nueva propiedad de la fábrica en el monte Solondo, donde la fábrica construirá, también a principios de siglo, una presa de abastecimiento de agua situada a media ladera que reformará en 191119. Inmediata a estos terrenos y encima de la fábrica, también se destacan los terrenos colindantes a la casa Buenos Aires20.
La fábrica tenía un horno alto que funcionaba con carbón vegetal, transformaba el hierro colado en dulce por medio de hornos de reverbero y disponía de un tren de laminación con una fuerza útil de 300 CV y una producción de 30000 quintales21.
La Sociedad Santa Águeda sobrevivió hasta 1870, año en el que encontramos al bilbaíno Ignacio de Olaechea como liquidador de la misma22. Este era un activo comerciante que trabajó durante años como administrador de los bienes de Luis de la Cuadra Ordóñez de Barraicua, Marqués de Villarías23 y que decidió crear -en una fecha cercana a 1870- la Sociedad Industrial Olaechea y compañía junto a otros socios, entre los que figuraban Francisco Gorostiza Zuluaga y Luis Mimenza Zalbidea24.
Esta sociedad estuvo muy activa en los años 80 del siglo XIX pues la encontramos en 1875 como propietaria de una fábrica en Ugao-Miraballes25, como arrendataria, en 1878, de la ferrería de Irauregui, la casa de Antolín de Hurtado y la carbonera y molino inmediatas a esta26, además de como propietaria o arrendadora de la fábrica de Puerto Rico o Santa Águeda en 1877, tal y como aparece en la Estadística Fabril e Industrial de 1877, donde se señala que ocupaba a 108 hombres, 4 mujeres y 12 niños27.
Al parecer, la fábrica no debía ser demasiado rentable pues los miembros de la Sociedad la abandonaron muy pronto como ellos mismos señalan en un memorial de 1884 redactado para establecer las condiciones de venta de su fábrica en Ugao-Miravalles. Allí se afirma que, con anterioridad al abandono de la fábrica de Ugao, ya habían hecho lo mismo con la fábrica de Castrejana (sic). El uso de carbón vegetal y el atraso tecnológico pudo estar en la razón de estos “fracasos”:
Hiciéronse ecos de este tercer escrito los diarios bilbaínos Irurac-bat y Noticiero: […] uno de ellos, se declaró equivocadamente en nuestro concepto partidario de la ribera baja del río Cadagua como punto más propio que el Nervión para la instalación de la nueva industria con respecto a la adquisición de carbón vegetal. […] no pudimos ya contenernos y enseguida pasamos una carta al señor director del Noticiero Bilbaino saliéndole con razones que ha respetado, a la posición a lo que publicó sobre carbón vegetal en el Cadagua, puesto que nosotros mismos abandonamos la fábrica de Castrejana situada en dicho río y resolvimos construir en Miravalles principalmente por la economía y abundancia con que allí se acopia el material vegetal. 28
Tiempo después, en 1890, se creó la Sociedad Santa Águeda dedicada a la trefilación y galvanización de alambres de hierro gris, puntas y tachuelas29, continuando así con la gestión de las instalaciones, todavía limitadas al lado barakaldés del río. Años después, en 1899, Ricardo Saralegui, vocal de la sociedad, solicitó autorización al ayuntamiento de Bilbao para construir una fábrica de clavos en la otra orilla del río, en Kastrexana, en terrenos propiedad de la misma sociedad. Los planos fueron elaborados por Antonio Carvelaris en 1899 y debió suponer el primer salto a la otra orilla30. A este tiempo pertenece el puente de hierro que se ve en los planos anteriores a 1950 y que tenía 52 metros de luz31.
Todas estas instalaciones fueron adquiridas por Federico Echevarria en 1901, quien para entonces ya era un importante industrial en Bizkaia32.
De esta manera, a su fábrica de Recalde (sic)33, en el barrio de Begoña (Bilbao), Echevarria añadía en 1901 las de Castrejana (sic), y Santa Águeda34, consideradas como factorías independientes -aunque interrelacionadas- a pesar de situarse una frente a otra en distintas orillas del río Cadagua: El año 1901 se adquirió por traspaso la fábrica de alambres a orillas del Cadagua, en Castrejana (Baracaldo), y poco después la otra fábrica de tachuelas en jurisdicción de Bilbao lindante con ese mismo río, empalmadas por un puente de hierro.
Nada más adquirirlas, Federico Echevarria dio inicio a una serie de obras para la mejora de las instalaciones. Así, en el mismo 1901, se redactó un proyecto de dragado del río Cadagua bajo dirección del ingeniero de caminos Manuel de Uhagón, dando continuidad a un tipo de obras que pretendían mejorar el entorno de las fábricas y que serán constantes a lo largo de los años: dragados, corrección y canalización de orillas, y mejoras de caminos y accesos35.
Aunque eran instalaciones independientes, todas las factorías formaban parte de un proceso de producción global que, iniciado en la factoría de Recalde (sic), llegaba por vía férrea a la de Castrejana (sic) y terminaba en la de Santa Águeda.
El fermachine para producir el alambre de los diversos gruesos, crudos y recodidos. Los alambres a su vez, pasando el puente de unión de ambas fábrica, alimentan las fabricaciones en la de Santa Agueda, de puntas de París, tachuela espiga cortada, celosía, becquets y remaches.
En muy poco tiempo, las instalaciones del complejo Castrejana-Santa Águeda ya eran considerables como vemos en un plano del año 1903. En el lado barakaldés se encontraban las infraestructuras principales, con la fábrica de alambres, las carboneras y la capilla, comunicadas con el lado bilbaíno por el citado puente de hierro. En esta margen había una pequeña instalación para la fabricación de tachuelas y una estación de tren. Para entonces ya se estaban adquiriendo terrenos colindantes en ambas orillas que, posteriormente, darían lugar a nuevas ampliaciones36.
En 1920 la sociedad se reconvirtió en Sociedad Anónima Echevarria37, aunque se mantuvo en manos de sus antiguos propietarios quienes comenzaron un proceso de mejora y modernización de las diferentes factorías, de ahí que el entorno fabril Santa Águeda-Castrejana38 continuase creciendo: en 1919 se proyectan viviendas económicas para los obreros y una capilla39, en 1920 se hacen nuevas obras en las orillas del río40, en 1921 se invierte en la reparación del Puente del Diablo –denominado en la documentación Puente de la Cadena41– y en 1924 se proyecta un nuevo puente42.
Las nuevas obras hicieron preciso acometer la consolidación de las dos orillas para el buen funcionamiento de ambas factorías como señala Luis de Echevarria y Zuricalday, consejero delegado, en la solicitud que hace al Gobernador Civil de Vizcaya el 27 de marzo de 1920: Que constituyendo las orillas de dicho río “CADAGUA”, en el indicado lugar, terrenos flojos, sin firmeza alguna, se propone consolidarlos construyendo los necesarios muros de contención.
Otro tanto sucedía con los accesos, uno de los cuales era el histórico Puente del Diablo, denominado en los planos como Puente de la Cadena. Como ocurrió años atrás, de nuevo se encontraba en un estado deficiente, un problema que afectaba tanto al vecindario como a la fábrica. Por ello, Luis de Echevarria solicitó la pertinente autorización para repararlo:
Que por diversas causas y debida a su antigüedad, el puente llamado “DE LA CADENA” que cruza el río Cadagua en jurisdicciones de Bilbao y Baracaldo, no se halla en condiciones de prestar el servicio público que se desenvuelve en ese barrio. […] La Sociedad Anónima “ECHEVARRIA” es una de las que sufren con la falta de ese servicio, y con ese motivo, se halla interesada en que se restablezca el servicio habitual, cuya operación se compromete a realizarla, sin perjudicar en nada a su carácter histórico43.
La fábrica siguió creciendo y, en 1924, se proyecta una gran reforma que tiene como objetivo producir aceros de calidad. Se habla entonces de que las nuevas instalaciones puestas en marcha estos días, producen cok, metalúrgico en diez hornos sistema LECOCQ44. Además, se producen diversos subproductos45.
Junto a ello, combinando con la batería de coque y los depósitos de mineral de hierro, se instala un alto horno con capacidad de 35 toneladas por cada 24 horas del que se dice que su instalación es completamente moderna y automática para economizar la mano de obra. Además se añade que sus condiciones de producción tienen la importante finalidad de suministrar lingote de calidad especial para aplicarlo a la fabricación de los aceros fundidos y rápidos, influyendo en la fabricación del acero.
Finalmente, se pone en marcha la construcción, inmediato al horno alto, de un horno eléctrico de inducción productor de aceros de diversas clases, utilizando directamente una parte el hierro en fusión, procedente de aquel46.
Estas nuevas construcciones aumentaron la producción y obligaron de nuevo a mejorar los accesos. El puente de la Cadena ya no era suficiente47 y fue necesario proyectar otro en 1924, con el cual se pretendía tener capacidad para circulación de vagones de 20 T arrastrados por bueyes o caballerías48. Este puente se convirtió en uno de los principales accesos a la fábrica y sigue en pie hoy en día.
Las mejoras y ampliaciones fueron la tónica durante estos años. En 1926 se prolongó el almacén de puntas e incluso se hizo un garaje para bicicletas49; en 1927 hay un proyecto de ensanchamiento del camino de acceso a la fábrica50 y en 1932 se proyectó un arreglo del camino vecinal de Zubileta51. Se trata de diversas obras a las que se une la fabricación de maquinaria como la grúa pórtico de 1000 kg diseñada en 192952. En estos años los planes de obras fueron habituales.
Un plano de 1926 nos muestra una instalación fabril que ha aumentado enormemente su tamaño en unos pocos años, ocupando grandes espacios de ambas orillas. Para entonces la fábrica ya disponía, entre otras muchas infraestructuras, de dos puentes -el antiguo de hierro y el reciente de hormigón-, instalaciones para la fabricación de alambre, motor diésel, calderas, almacenamiento de coque, capilla y casas de obreros en el lado barakaldés, y un fábrica de puntas y tachuelas con sus correspondientes almacenes y dependencias auxiliares en el lado bilbaíno, donde todavía quedaba espacio libre para seguir construyendo53.
Tras la guerra civil, al igual que ocurrió con otras instalaciones siderometalúrgicas de Bizkaia, la producción aumentó. Así, Echevarria SA pasó de declarar pérdidas en 1937 a distribuir dividendos durante 1938 y 193954.
Esta situación favorable generó nuevas mejoras en la factoría como los nuevos comedores diseñados en 193955[/mfn], situados en la margen izquierda e integrados dentro de la fábrica, cerca de la fábrica de alambres, y los nuevos hornos nº 4 y nº 5 que sustituyeron a los construidos en los años 20 -aunque conservando muchas de sus características-57. También vemos las habituales reparaciones en caminos, como ocurrió en 1942, cuando se arregló el que comunica Alonsotegi con Burceña por el deplorable estado y casi totalmente desaparecido el camino que […] va a la casa núm. 31 habitada por obreros de dichos barrios58-, o la reparación del cauce de la fábrica en 194759.
También se amplía la fábrica en la margen derecha del río, en un espacio situado entre la curva frente a la capilla y el Puente del Diablo. Dos planos de 1945 y 1947 muestran que entonces ya estaba construido el taller de laminación con sus anexos de acero, de temple, de recogido y de decapado60.
En la década de los años 50, superada ya la posguerra, la fábrica fue objeto de nuevas reformas y construcciones, evolucionando hasta adquirir una imagen similar a la que tiene hoy en día. Las instalaciones parecían necesitar de un remozamiento general y de una modernización global que debía abarcar los accesos y las oficinas así como los talleres o infraestructuras puramente industriales. Incluso se levantó una casa cural junto a la capilla de la fábrica.
Los archivos de la fábrica recogen obras constantes: En 1951 hubo un proyecto para la ampliación de las oficinas -en las que ya se usó hormigón armado- y se siguieron proyectando muros para la contención de tierras61. En 1952 se realizaron obras para almacenar el mineral del horno alto, se autorizó la construcción de un pabellón62, la prolongación de otro de las trefilerías de alambres63, y se diseñó un proyecto para laminación en frío de fleje64. En 1955 se construyó un frontón65 y se realizó un proyecto de cobertizo-garaje66, etc…
El de 1956 parece ser un año especial, pues se anunciaba que la SA Echevarria está llevando a cabo un plan de obras de cierta importancia en su Fábrica de Santa Águeda67. Un plano de noviembre de ese año, por ejemplo, señala que se preveía realizar numerosas obras para mejorar el acceso a la fábrica como eran la desviación de las vías del ferrocarril de Santander a Bilbao, una carretera de acceso a las nuevas instalaciones, un paso sobre el ferrocarril en la nueva carretera, el desplazamiento de la estación al otro lado de la vía y la construcción de un pasarela superior para el paso de peatones en la estación del tren de Santa Águeda68.
Este afán reformador se trasladó también a la propia fábrica, destacando el proyecto de gasómetro y la sustitución de los hornos de coque por otros nuevos para aprovechar la producción de gas y transportarlo a Bilbao y otras zonas. En El BOE de ese año encontramos una autorización para instalar tres máquinas afiladoras para preparación de alambres69.
También son muy importantes las obras de mejora y ampliación del taller de laminación en frío, con las que la fábrica se extendió aún más por su margen derecha, ocupando el espacio restante que quedaba entre el taller de laminación original y el Puente del Diablo. Con estas obras las instalaciones ocupaban ya la práctica totalidad de ambas orillas, desde el citado puente hasta el lugar de Puerto Rico, cercano al lugar donde se ubican los restos de la histórica torre-palacio de Zubileta.
En el taller de laminación, en paralelo a su ampliación, se desarrollaron diversos proyectos como el de una pulidora de banda abrasiva70, un horno continuo de rodillos para recocido en blanco de flejes y alambres71, y una instalación combinada de latonar y niquelar (fleje de hierro)72, todo en 1956. Al año siguiente, en 1957, el mismo departamento propuso la construcción de tres naves adicionales73, la modificación de otra en 40 metros74 y la ampliación de industria para laminación en frío de flejes75. En 1958 se hablaba de la modernización de la instalación de fabricación de pletines de alambre de acero76.
Fue esta, por tanto, una de las grandes ampliaciones de la fábrica que, como ocurrió en ocasiones anteriores, requirió mejoras en los accesos, asentamiento de orillas y construcción de instalaciones complementarias.
Así, en 1956, la empresa pidió permiso para consolidar el desvío del cauce entre el Puente del Diablo y el taller de laminación en frío, en terrenos de su propiedad77. El ayuntamiento de Barakaldo respondió favorablemente el 7 de agosto afirmando que en realidad el proyecto […] se reduce a dar carácter de permanencia a la natural desviación que el río Cadagua ha hecho en el transcurso del tiempo; instalando malecones a ambas orillas del río78.
En paralelo a todo ello, comenzó a diseñarse el recorrido de las tuberías que deberían transportar el gas excedente obtenido de los nuevos hornos de una orilla a otra del río, y de ahí a la fábrica de Recalde (Bilbao), a la Fábrica de Gas (Bilbao) y a la propia fábrica de Santa Águeda, a las instalaciones de laminación79.
En el caso concreto de la fábrica el paso más delicado era el del río Cadagua, para cuya solución se decidió la construcción de un puente colgante que también pudiera tener un uso peatonal.
EL PUENTE COLGANTE DE SANTA ÁGUEDA
No se ha podido localizar el proyecto global de construcción del Puente Colgante en ninguno de los archivos consultados, quizás porque, como vemos en los documentos encontrados, su diseño se realizó en varias fases a lo largo de tres años, provocando que la documentación se halle dispersa en diferentes expedientes. También hemos de tener en cuenta que no se trataba un proyecto independiente sino que formaba parte de uno mayor cuyo objetivo primordial era llevar una gran canalización de la factoría de Santa Águeda a la de Recalde.
Lo que conocemos hoy en día del puente es, por tanto, un conjunto de documentos –fechados entre 1953 y 1955- que muestran el diseño del mismo y de sus piezas, así como diversos planos y proyectos realizados después de su construcción -de 1956 a 1958- y que están relacionados con la colocación -o recolocación- de tuberías para el transporte de gas.
El puente, por tanto, parece haber sido diseñado en los primeros años de la década de los 50 y finalmente construido en 1956.
No obstante, en el proyecto de traslado de gas de la fábrica de Santa Águeda a la de Recalde de 1959 -el segundo que se redacta en Echevarria SA después del de 1956-, el ingeniero encargado señaló que el puente fue construido por las fuerzas militares durante la Guerra de liberación80.
Desconocemos la razón de esta afirmación pues al referirse a los planos originales de diseño, que utilizó para añadir al puente unas nuevas tuberías de gas que no se habían previsto en el proyecto de 1956, menciona los mismos que conocemos hoy en día -identificados por su numeración-, fechados en 1953, 1954 y 1955. Además en ningún plano, documento, dibujo o fotografía que conozcamos de la fábrica anterior a 1956 se hace mención al puente; no aparece en ninguna relación que conozcamos de puentes volados y reconstruidos durante la Guerra Civil en Bizkaia81 ni tampoco parece demasiado lógico que el ejército nacional construyese un puente pequeño y estrecho por el que no se hubiesen podido transportar vehículos militares ni grandes cantidades de tropas. Tampoco su diseño tiene ninguna similitud con las grandes estructuras de madera arriostradas que utilizaron de manera provisional antes de las reformas completas que se harían años después82.
Por tanto, y admitiendo que no hemos podido localizar toda la documentación relacionada con la factoría de Santa Águeda -es más escasa la de los años 10, 20 y 30 además-, consideramos que lo más probable es que el ingeniero encargado de elaborar el segundo proyecto confundiese –o interpretase- este puente con algún otro reparado por los ingenieros del ejército nacional en el entorno, caso de los puentes de Lutxana y Burceña en Barakaldo, y otros del río Cadagua en Gueñes, Zalla y Balmaseda. No parece razonable, por otra parte, que equivocase este puente colgante con el Puente Bizkaia, Transbordador de Portugalete llamado popularmente Puente Colgante, volado por el ejército republicano durante la retirada en 1937 y rehecho posteriormente por el bando nacional.
ORIGEN Y DISEÑO DEL PUENTE COLGANTE
A tenor de los datos que manejamos, la edificación del actual puente está íntimamente ligada al recrecimiento del taller de laminación en los años 50 y a la construcción de una gran canalización con la que transportar el gas excedente obtenido de los nuevos hornos de la fábrica de Santa Águeda hasta la factoría de Recalde y a la Fábrica de Gas de Bilbao.
Por lo que sabemos, en 1953 la sección de Gas del departamento de Laminación en frío ya estaba desarrollando la estructura del puente pues conocemos un plano fechado el 24 de mayo que recoge el diseño de las columnas, señalando que era para conducción de gas83.
Parece, por tanto, que el objetivo original y fundamental era disponer de una estructura que sujetase las tuberías que transportaban el gas al cruzar el río Cadagua. Ahora bien, su diseño parece mostrar también la intención de dotarle también de uso peatonal, quizás para facilitar el paso de los obreros desde el tren de laminación de la margen derecha hacia los comedores de la margen izquierda pues el puente conectaba con una pasarela volada que bordeaba la orilla barakaldesa. También debía ser útil para los vecinos de Kastrexana ya que la iglesia del barrio –también Santa Águeda- se encontraba en el lado barakaldés.
En otro plano del 1 de julio de 1954 vemos el diseño de los cimientos -denominados en el plano fundaciones– sobre los que se asentaban las columnas de cada orilla, y que parece que tenían proyectada una sección circular en su interior para permitir el paso de la tubería por ellos84.
A este plano corresponde la primera vista completa del puente que conocemos. La pasarela, proyectada como paso y sujeción de la tubería, quedaba colgada, sujeta por 17 cables o péndolas por cada lado que, a su vez, colgaban de dos grandes cables que volaban de una columna a otra del río. La unión entre cables se realizaba mediante tensores cuyo diseño vemos en dos nuevos planos: uno de 23 de julio de 1954, que incluye los tensores que unían las péndolas con la plataforma85, y otro, de 24 de enero de 195586, que muestra los tensores que unían las péndolas con los grandes cables que volaban de una orilla a otra. En un plano más del 14 de diciembre de 195487 se dibujaron los croquis de los accesorios (grilletes giratorios, empalme de botella, guardacabos, abrazadera, tensor cerrado, casquillo cerrado y abrazadera doble), pensados probablemente para agarrar las tuberías a la pasarela.
En un dibujo de una sección lateral puede observarse que se preveía que la tubería de gas quedase enganchada a la parte baja de la pasarela. Con ello se cumplían las dos funciones señaladas, la de paso peatonal y la de transporte de gas.
A toda esta estructura se le añadió, en el lado barakaldés, una escalera de tramos en hormigón que permitía acceder a la capilla, situada en una cota más alta y que todavía existe.
Para el 4 de abril de 1954 -aparte de definir los accesorios y tensores- el diseño general del puente debía estar prácticamente acabado como recogemos en una carta dirigida al director de la fábrica ese día:
SR DIRECTOR. ¡Este puente no creo que se caiga fácilmente! Como ve han añadido las 2 tuberías de 150 diámetro y 3” diámetro respecto al cálculo pero aun así nos quedan 230 kg/m2 de nieve, viento y otras sobrecargas (hipotéticas) más la de peatones.
Por otra parte en los cables principales tenemos un coeficiente de 6 y como no posee en catálogo el diámetro 28 que correspondía se forzó con 30 diámetro aumentando así la seguridad88.
EL PROYECTO DE TRANSPORTE DE GAS DE SANTA ÁGUEDA A RECALDE
Finalmente, el 30 de abril de 1956 se redactó el Proyecto de conducción de gas desde la fábrica de Santa Águeda a la fábrica de Recalde, un importante plan que permitía canalizar y aprovechar el gas sobrante producido por la sustitución de diez hornos de coque por otros veinte nuevos. Con estas obras se pretendía ampliar la producción de gas de hornos de cok a unos 79000 m3/diarios de gas rico, ya que este proyecto se desarrollará empleando como gas de calefacción de la nueva batería de hornos, el gas sobrante de los altos hornos89.
Ese gas se destinaba en parte a la propia fábrica de Santa Águeda y en parte a la de Recalde y a la Fábrica Municipal de Gas de Bilbao:
En la propia Fábrica de Santa Águeda, sita en Castrejana, se dará aplicación a unos 39000 m3 de este gas rico por día y con el fin de consumir los otros 40000 m3 restantes se proyecta una conducción que pueda suministrarlos, en parte, a la fábrica de Recalde, que esta misma S.A. “Echevarria” tiene en la Avd. de Zumalcarregui (Bilbao), y el resto a la Fábrica Municipal de Gas90.
La instalación proyectada preveía una longitud aproximada de 5050 metros y una tubería de unos 250 mm de diámetro interior que se iniciaba en la Fábrica de Santa Águeda91 atravesaba subterráneamente la carretera de Zorroza a Castrejana y la de Bilbao a Reinosa, ascendía y descendía el monte Kobetas, bajaba a Masustegi y de ahí a Basurto, y atravesaba de nuevo la carretera Bilbao a Reinosa frente al hospital de Basurto hasta llegar al surtidor de gasolina de Basurto. De ahí, atravesando la calle Gregorio Balparda (hoy Autonomía), llegaba a la Plaza Zabalburu para continuar por las calles San Francisco y Hernani hasta llegar a la margen izquierda de La Ría. La tubería atravesaba por el puente de La Merced, continuando por el muelle de la margen derecha hasta llegar a Sendeja desde donde, por la calle particular de Quintana -llamada popularmente callejón o plaza del gas- llegaba hasta la fábrica de Recalde92.
En este proyecto aún no se hacía mención al Puente Colgante lo que parece indicar que para abril de 1956 aún no estaba terminado –tampoco aparece en ningún plano consultado anterior a 1956 como ya se ha dicho- pero seguramente estaba en construcción pues aparece dibujado en un plano del 8 de mayo.
LA CONSTRUCCIÓN DEL PUENTE COLGANTE
En mayo de 1956, por tanto, el puente debía estar ya construido.
Este, a tenor de lo que vemos hoy en día, debió mantener las características generales de construcción establecidas en los diseños realizados años atrás, con la tubería de gas instalada en la parte inferior de la pasarela.
Cada columna del puente -una por orilla, evidentemente- quedó compuesta por dos pilastras metálicas con una altura de 6,5 metros cada una que llevaban unidas, por remaches y tornillos, una serie de placas metálicas que creaban cuatros secciones. Las dos superiores se unían mediante una estructura de tirantes en forma de X que arriostraban la estructura y la asentaban.
Como ya se ha señalado, entre las dos columnas situadas en las orillas colgaban dos potentes cables de los que, a su vez, colgaban 17 péndolas o cables menores por lado que sostenían la pasarela. Para unir las péndolas a los cables principales superiores se diseñó un tipo específico de tensores y para hacerlo con la pasarela inferior, otros. [F17]
REFORMA DE 1958-1960
Al parecer la instalación general no resultó suficiente para transportar el excedente de gas por lo que Echevarria SA hizo un replanteo del proyecto el 30 de abril de 195893. Este es presentado a las autoridades competentes el 21 de octubre de 1958 y autorizado el 30 de diciembre de 195994.
Este replanteo afectó también a las tuberías instaladas en el puente que parece que eran insuficientes para transportar el gas. Por ello, en el acta de del 30 de diciembre, al señalar los diferentes pasos que debían de atravesar las tuberías, se indica que en el puente del Cadagua se preveía colocar dos ramales de tuberías, cada una con 47,30 metros lineales95.
El concesionario de las obras fue Kerman Aranguren pero fueron los ingenieros Fernando Urizar y Juan Elorduy, empleados de la fábrica, quienes trabajaron en la ampliación de las tuberías y en nuevo método de sujeción para las mismas.
Proyectaron así eliminar la tubería original y sustituirla por dos tuberías, una a la salida de la estación compresora, acompañada de otra igual para suministrar gas al Departamento de Laminación en Frío, atravesará el río Cadagua suspendida de la pasarela actual sobre dicho río, propiedad de S.A. Echevarria. Según indican, estas dos conducciones a su paso por el río, estarán formadas por tubería de chapa de acerocde 6 mm de espesor, soldada.
Además, aprovechando el paso, previeron instalar otras dos tuberías, una de agua y otra de vapor, necesarias para alimentar ciertas instalaciones de nuestra fábrica de Santa Águeda.
De esta manera, las dos tuberías de gas quedarían colgadas de un cable de suspensión que se sostendría en los anclajes de hormigón, apoyándose cada uno de ellos en dos soportes fijados a cada una de las columnas de los pórticos del puente. Las otras dos tuberías, de vapor y de agua, quedarían colgadas de cada una de las del gas por medio de piezas especiales.
Para fijar estas tuberías y que no oscilasen, dispusieron de dos conjuntos de arriostramientos laterales, inclinados hacia abajo, formados por cables anclados en macizos de hormigón96.
Hecha esta obra, el puente y sus accesorios quedaban definitivamente terminados y en uso.
REFORMA DE 1984
Las inundaciones de 1983 afectaron a numerosos puentes de los ríos vizcaínos y parece que el Puente Colgante de Santa Águeda no fue una excepción.
Un decreto de alcaldía del ayuntamiento de Barakaldo indicaba que las lluvias registradas los días 26 y 27 del pasado mes de Agosto y las inundaciones que se produjeron como consecuencia de las mismas produjeron daños catastróficos en diversas partes del Municipio y, en concreto, en la pasarela peatonal sobre el Cadagua en Castrejana.
No parece que haya existido otra pasarela peatonal sobre el río Cadagua en Kastrexana así que el decreto parece referirse al Puente Colgante. Resulta una situación extraña, no obstante, que el peso económico recayese al completo sobre el ayuntamiento de Barakaldo pues el puente era y es propiedad de la fábrica y a ella debía corresponder la reparación o, al menos, cierta capacidad de decisión.
La razón quizás se deba a que 1984 es el año de transición entre los gestores salientes, la Sociedad de Santa Águeda, y los entrantes, Profusa. Además, no hemos de olvidar que el puente debía tener uso público y vecinal.
Por ello, en sesión de 9 de febrero de 1984, una vez resuelto el problema de la financiación de las mismas a través de las Diputación Foral, esta Alcaldía adjudicó a la empresa Cadenor SL la ejecución de las obras de reconstrucción de la pasarela peatonal sobre el Cadagua. Para ello se estableció la cantidad de 5.670.962 pesetas siendo el responsable de la obra el ingeniero de caminos José María Corral González.
La reparación consistió en desmontar la pasarela y revisar la estructura. Se sustituyó la parte del cableado defectuoso utilizando cables de 16 mm y 30 mm de diámetro tipo cerrado, preestirado y galvanizado, y se colocó una estructura metálica nueva como pasarela con una barandilla metálica galvanizada. La obra estaba terminada el 1 de noviembre de 1984 y se remitía el certificado de liquidación de la misma el 28 de febrero de 1985 aunque señalando que la empresa debía remitir los resultados de los ensayos de control de calidad realizados97.
BIBLIOGRAFÍA
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